¿Por qué decidió dedicarse a la investigación?
Cuando acabé la carrera de Ingeniería Informática tuve mi momento de “crisis existencial”, de qué quiero hacer con mi vida (profesional). No me veía mucho en la empresa privada y siempre me ha gustado resolver problemas, enfrentarme a retos, entonces vi la salida en la investigación. Una salida válida, pero también complicada, al ser una carrera de fondo que tiene sus valles y sus picos.
¿Siempre tuvo claro a qué quería dedicarse?
Hasta más o menos 2008, que fue cuando tomé la decisión, no tuve muy claro si dedicarme a la investigación. Luego, dentro de la investigación siempre me habían gustado los temas de ciberseguridad. Al principio, durante mi tesis, no pude centrar tanto la parte más técnica como me hubiera gustado desde el punto de vista de ciberseguridad. Aun así, no me arrepiento del marco por el que me moví ya que es el que me permitió tener una estructura mental que ahora agradezco. Estructura que, de hecho, a veces echo en falta con algún estudiante de doctorado. Desde mi punto de vista, hay ciertas competencias que adquirí durante mi etapa formativa como doctorando, a través de los Cursos de Doctorado, que estaría bien que se retomaran para los nuevos estudiantes.
¿Cuánto tiempo lleva vinculado al I3A y qué destacaría del Instituto?
Como miembro adscrito desde 2009, cuando me matriculé como estudiante de doctorado en la Universidad de Zaragoza, pero como miembro permanente llevo desde 2016. Del Instituto destacaría la cercanía de la gente. Es una pequeña gran familia en la que se hacen muchas cosas, donde hay mucha gente muy buena en diversos campos de investigación. También destaca el interés desde la dirección I3A para establecer sinergias entre los diferentes grupos, que nos beneficia a todos porque al final juntos somos más fuertes y multidisciplinares.
En su grupo de investigación, ¿cuáles son sus líneas o áreas de trabajo más destacadas?
Mi grupo de investigación, DisCo (Distributed Computing), se dedica principalmente a computación distribuida. Aunque una de las líneas de investigación de este grupo es la aplicación/evaluación de ciberseguridad en distintos ámbitos, que es donde yo más me muevo.
¿Hay algún proyecto del cual esté particularmente orgulloso debido a su impacto en la sociedad o en el ámbito académico?
Podría destacar el último que nos han concedido (Convocatoria TED 21), donde estamos trabajando para proporcionar ciertos avances en los procesos de respuesta a incidentes. La respuesta a incidentes se pone en marcha cuando sucede un incidente en una empresa relacionado con la ciberseguridad, es decir, ha habido un ataque, una filtración de datos o algún tipo de evento que afecta o compromete alguna dimensión de seguridad de algún modo dentro del sistema. Dentro de ese ámbito, estamos desarrollando nuevas herramientas que permitan tener una respuesta rápida frente a posibles indicadores de compromiso, lo que facilitaría la detección temprana de posibles actividades dañinas en el sistema, permitiendo a la empresa actuar antes de que el incidente tenga más impacto en el sistema. Esta investigación también tiene un cierto impacto en la sociedad, ya que cualquier empresa podría implantar o desplegar nuestro software desarrollado para mejorar su ciberseguridad.
Por otro lado, ahora también tenemos entre manos varios proyectos estratégicos de ciberseguridad, financiados por Fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, de la Unión Europea (Next Generation) y desarrollados con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Todos están relacionados con respuesta temprana a incidentes, pero desde distintos ámbitos, como el análisis de tráfico de red o de actividad de un sistema final.
¿Qué es lo que más disfruta de su profesión? ¿Y lo que menos?
Lo que más, la libertad de poder trabajar en lo que yo quiera (restringido por supuesto al marco del proyecto financiador, aunque siempre hay capacidad de maniobra que es lo interesante). Y, sobre todo, que puedes tener unas ideas iniciales, pero luego cuando empiezas a trabajar ves que esas ideas derivan hacia otros derroteros. Es lo interesante de la investigación, llegar a resultados que ya esperabas llegar, resoluciones distintas o incluso contradictorias.
Lo que menos me gusta es el sistema español de evaluación de la calidad de la investigación. Al final, me restringe en cuanto a tener que focalizarme en publicar en determinados sitios cuando realmente mi comunidad, la ciberseguridad, se mueve más por congresos que por revistas. Para mí, que ya estoy establecido, dentro de lo que cabe me da igual; pero para los que vienen detrás, mis doctorandos, es un problema, porque han de seguir estas reglas impuestas para conseguir la tesis. Esto es un poco contraproducente.
Por otro lado, es un trabajo bastante vocacional, lo que tiene una pequeña contrapartida y es que al final acabas echando más horas de las que deberías. Aunque también porque uno quiere, ya que, si no quiere, pues no las echa y ya está. Lo malo que la faena se acumula...
¿Qué le diría a quien esté pensando dedicarse a la investigación?
Primero, hay que ser consciente de que vas a trabajar unos 40 años de tu vida, siendo optimista, por lo tanto, hagas lo que hagas, haz lo que quieras. Si te quieres dedicar a la investigación, adelante. Intenta conseguir una beca o que te financien de alguna manera, trabaja en investigación y cuando acabes, decide si te quieres quedar en España, sabiendo las limitaciones que existen aquí, o decide si te quieres marchar fuera o si quieres intentar trabajar en alguna empresa que reconozca lo que es el trabajo de investigación.
Una de las cosas por la que la gente no viene a investigación, por lo menos en mi campo, es porque los salarios son bajos. Eso es verdad. En la Universidad de Zaragoza tenemos ciertas limitaciones que nos restringen la capacidad de maniobra a la hora de contratar personal. No obstante, realizar un doctorado hay que verlo como una inversión a futuro. Yo siempre le digo a mis estudiantes que esto es una inversión. Estoy de acuerdo, vas a cobrar poco durante los 3 o 4 años que estés aquí haciendo la tesis, pero cuando salgas vas a tener un salario que va a crecer muchísimo más rápido que si hubieras seguido una carrera en empresa nada más acabar el grado o el máster. En mi grupo, algunos estudiantes han tenido ofertas del rango de 60.000 a 80.000 euros con full remote (sin acabar la tesis), incluso ofertas de seis cifras encima de la mesa para algunos de los profesores que estamos en el grupo. Y seguimos aquí, simplemente porque nos gusta esto. Por tanto, esto hay que verlo como una inversión a futuro. Cobras mal para tu valía profesional hoy, pero no mañana. No es el ahora, sino el después. Siempre hay que pensar en el después y ser optimista.
DE CERCA…
Qué estudió: Ingeniería Informática y Máster Universitario en Ingeniería de Sistemas e Informática.
Un sueño por cumplir: Formar una familia.
Un libro: Alguno de Santiago Posteguillo como la Trilogía de Trajano o la de Escipión.
Una película o serie: Película, The Killing de Stanley Kubrick y serie, Black Mirror.
A qué dedica su tiempo libre: Últimamente, a hacer de pastor, tengo cuatro cabras y un burro. Me voy con ellos al campo a que coman y estoy allí viendo cómo comen. Me relaja mucho, la verdad. La montaña, junto con la lectura, también ocupan gran parte de mi tiempo libre.
Grupo musical favorito: Mi tesis la hice principalmente con Marea, pero ahora estoy en una época que escucho mucho a Norah Jones, Rozalén y Travis Birds. También JahSta o Damian Marley, soy un gran consumidor de reggae. Si la ocasión lo merece, también Manolo Kabezabolo. Depende del trabajo que tenga que hacer uso un tipo de música u otro.
Un viaje: Me encantaría hacer un 8k e ir a Groenlandia.
Cómo se definiría: Quizás me preocupo demasiado por algunas cosas, soy muy activo, me gusta ser social y estar con los amigos, aunque también soy casero. En el ámbito laboral, soy muy ejecutivo e igual un poco disperso, pero porque la vida es muy corta e intento aprovecharla.