Ana María Mainar: “Conocer nuevos problemas y dar soluciones es lo que más me gusta de la investigación”

La curiosidad por descubrir nuevas cosas y su pasión por las ciencias es lo que le condujo hasta la investigación. Ana María Mainar es la responsable del grupo GATHERS, donde se centran en realizar una investigación sostenible. Culturfunji es uno de sus proyectos más rompedores que consiste en abrir nuevas líneas de empleo a personas en riesgo de exclusión social a través del cultivo de hongos y setas.
Por María Melús
Ana María Mainar

¿Por qué decidió dedicarse a la investigación? 

Me gustaban muchas cosas, pero la ciencia fue lo que realmente me atrapó y más en concreto la investigación, porque así podía descubrir la respuesta a muchas cosas. La investigación va muy unida al ser humano y yo soy curiosa por naturaleza. Una vez cubiertas las necesidades básicas, el ser humano tiene esa innata búsqueda de saber de dónde viene y hacia dónde va, y dentro de todo esto está la investigación en áreas científicas.

¿Siempre tuvo claro a qué quería dedicarse? 

En principio no, la dedicación a las ciencias sí, ya desde pequeña. Me interesaban mucho los temas de construcción de ingeniería, aunque luego al final me quedé con la química y ya el gusto por la investigación surgió inmediatamente.

Forma parte del grupo GATHERS, ¿cuáles son sus principales líneas de investigación? 

Nos centramos en la investigación sostenible. Ya a finales de los 90, principios de los 2000, el grupo estaba inmerso en la búsqueda de procesos de extracción o de separación de materiales por vías sostenibles a través de la utilización del CO₂. Desde ese punto de vista de sostenibilidad, intentamos hacer transferencia tecnológica hacia nuestro entorno, recuperando especies vegetales autóctonas o revalorizando terrenos mediante cultivos alternativos que contengan activos de interés. El objetivo es múltiple, como la recuperación de terrenos baldíos mediante especies adaptadas o la implantación de cultivos alternativos que permitan obtener extractos de impacto económico en el ámbito farmacéutico, cosmético o sanitario. 

Algún proyecto en marcha. 

Culturfungi es un proyecto en el que, entre otros, colaboramos con Gardeniers (Atades) y que está dedicado a cultivar hongos y setas a nivel industrial para aprovechamiento gastronómico o farmacológico. Uno de los objetivos más importantes del proyecto es abrir nuevas líneas de empleo para personas con necesidades especiales y colectivos en riesgo de exclusión social. Desde Gardeniers se encargan de hacer el cultivo y de obtener la materia prima para después introducir en el mercado. Nuestro grupo trabaja en la obtención de extractos activos con tecnologías avanzadas y sostenibles que sean útiles o que den un plus de diferencia a las especies bajo cultivo.

¿Cuánto tiempo lleva vinculada al I3A? 

Desde sus inicios. Supimos de la posibilidad de formar parte del Instituto y nos pareció muy interesante, contactamos con el entonces director, Manolo Doblaré y hasta ahora. Nuestro ámbito de especialidad actúa como “bisagra de conocimiento” dentro de las áreas de ingeniería, de modo que el encaje es perfecto.

¿Qué destacaría del Instituto? 

Para mí, uno de los valores más importantes es el equipo de soporte, de gestión, de administración, de informática, de comunicación… Sin ese activo sería imposible hacer un trabajo adecuado ni alcanzar las cotas exigibles de difusión, proyección o alcance de nuestros resultados. Por otro lado, las grandes oportunidades que ofrece, que vienen ligadas con lo anterior. El poder trabajar con compañeros de otras disciplinas que te complementan permite dar una respuesta mucho más ajustada a las necesidades de la sociedad. 

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión y lo qué menos? 

Iniciar nuevos retos, ese afán de curiosidad que nunca acaba, conocer nuevos problemas y dar soluciones es lo que más me gusta. Lo que menos, la parte burocrática. A medida que tienes más edad, abandonas los laboratorios y la parte de investigación para centrarte más en la gestión, y esto no es algo para lo que precisamente se nos haya formado. Ni en el grado ni en el doctorado tienes oportunidad de aprender estas labores de gestión y de valorarlas. 

¿Qué le diría a alguien que esté pensando en dedicarse a la investigación? 

La investigación es algo vocacional, si verdaderamente no se tiene vocación diría que abandonase, y por vocación entiendo 24 horas, los 365 días del año. Al final no es que sea un trabajo mal pagado, pero no se paga por el tiempo que se dedica. Son fines de semana, son festivos, es estar siempre con un teléfono en el bolsillo y todo eso no está contemplado en el sueldo. Entonces, primero quien quiera ser investigador tiene que pensar si realmente quiere/puede dedicar todo ese tiempo, es algo que tiene que nacer de dentro. Lo siguiente que le diría es que fuerza y ánimo, porque verdaderamente es una profesión muy bonita e ilusionante. Y, por último, le animaría a salir y ver otros mundos porque desgraciadamente en España la investigación no está valorada en su justa medida. 

DE CERCA…

¿Qué estudió?: Química en la Universidad de Zaragoza.

Una meta: Continuar en la contribución al desarrollo de la sociedad, realizando una combinación científica y de promoción de nuestro patrimonio. 

Un libro: El nombre de la rosa de Umberto Eco.

Una película: Blade Runner de Ridley Scott. 

Aficiones: Por un lado, la música, toco la bandurria y el laúd en la Escuela de Música de Zaragoza y en las Escuelas de Jota de Santa Isabel y Aires de Albada. También soy vocal de la junta directiva de la Academia de las Artes del Folclore de Aragón. 

Grupo musical favorito: Soy muy de Mecano.

Lugar favorito: Lisboa, le tengo un cariño especial. Viví allí un tiempo y me enamoré. 

¿Cómo se definiría?: Como una persona intensa, sincera y leal.
 

Enlaces

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