Belén Masiá: “La investigación no es un camino fácil y la incertidumbre es grande, pero si llegas a una estabilidad razonable es una de las profesiones más bonitas que hay”

Inicialmente atraída por el mundo empresarial, su trayectoria universitaria le llevó hacia la investigación, impulsada por la curiosidad y el deseo de comprender el mundo. Tras más de una década en el I3A, destaca la importancia de formar parte de una comunidad de investigadores. Actualmente, en su grupo Graphics and Imaging Lab, se sumerge en la mejora constante de la experiencia en realidad virtual y contribuye al avance de la percepción visual computacional.
Por Alejandra Catalán
Belén Masiá

¿Por qué decidió dedicarse a la investigación? ¿Siempre tuvo claro este camino?

Lo que me llevo a la investigación fue el afán por aprender cosas nuevas y entender por qué las cosas son como son. Aunque durante casi toda la carrera yo pensaba que mi futuro estaba en la empresa, en algún puesto de gestión o dirección quizá. Sin embargo, a través de ciertas asignaturas, y al empezar a conocer lo que se hacía en la universidad a nivel de investigación, empecé a animarme hacia este camino.

¿Cuánto tiempo lleva vinculada al I3A y qué destacaría del Instituto?

Desde que comencé a investigar en Unizar, hace ahora algo más de una década. Durante todo este tiempo he estado unida al I3A de una forma u otra, a excepción de cuando he estado trabajando en el extranjero.

Del Instituto destacaría dos cosas, por un lado, que nos permite la pertenencia a un colectivo de investigadores; tenemos nuestros respectivos grupos de investigación, pero tienen una escala más reducida, mientras que el I3A tiene ya una masa crítica con capacidad de acción. Por otro lado, que yo considero fundamental, el equipo de apoyo a la investigación que nos ofrece, que es valiosísimo para nosotros.

En su grupo de investigación, ¿cuáles son sus líneas o áreas de trabajo más destacadas?

Dentro de mi grupo de investigación, Graphics and Imaging Lab, me enfoco en la utilización de modelos computacionales de percepción visual, es decir, modelos que nos dicen cómo vemos y percibimos el mundo a través de los ojos. Este estudio tiene el objetivo de mejorar los algoritmos de creación, manipulación y visualización de imágenes. Esto lo aplicamos, por ejemplo, en el campo de la realidad virtual para intentar mejorar las experiencias de los usuarios de la misma, que vean una imagen de calidad, que no se mareen o tengan fatiga visual, que el mundo virtual responda adecuadamente a los movimientos de los usuarios, etc.

¿Hay algún proyecto del cual esté particularmente orgullosa debido a su impacto en la sociedad o en el ámbito académico?

El proyecto en el que he tenido la suerte de trabajar y que más impacto social ha tenido, y tiene, es DIVE Medical. Empezó como una investigación en la que trabajábamos médicos e ingenieros, pero ahora es una empresa spin-off de la Universidad de Zaragoza. Se dedica a desarrollar dispositivos médicos que permiten explorar la visión de los pacientes de forma objetiva y repetible, incluso cuando se trata de pacientes no verbales, como bebés, o con dificultades cognitivas, como personas de edad avanzada con patologías.

Algún proyecto en marcha que quiera destacar

Estamos justo ahora comenzando un proyecto de la convocatoria de Proyectos de Generación del Conocimiento, financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que me gustaría destacar porque es el primero de este tipo que consigo como investigadora principal, junto con Ana Serrano. El proyecto busca entender y modelar cómo la información que entra por los distintos sentidos (vista, oído, etc.) influye en nuestro comportamiento y atención cuando estamos inmersos en un entorno de realidad virtual o de realidad mixta. Comprender esto es fundamental para poder crear contenido efectivo en estos nuevos medios.

¿Cómo visualiza el futuro de su área de investigación? ¿Hay tendencias o desafíos que le parezcan particularmente interesantes o importantes?

Trabajando en el ámbito de la realidad virtual, y haciendo uso de herramientas de inteligencia artificial, me encuentro en un entorno muy cambiante además de acelerado. El futuro es por tanto muy excitante, por el enorme potencial que hay, pero a la vez y por el mismo motivo los desafíos son inmensos, como la regulación de las herramientas basadas en IA, el cambio de paradigma que puede suponer, tanto en docencia como en investigación, las implicaciones de quién está al frente del desarrollo de estos algoritmos…

¿Qué es lo que más disfruta de su profesión? ¿Y lo que menos?

Lo que más, aprender y descubrir cosas nuevas, así como contribuir a la formación de otras personas. Lo que menos, que la investigación sigue sin ocupar el lugar que se merece, por lo que en consecuencia faltan recursos.

¿Qué le diría a quien esté pensando dedicarse a la investigación?

La investigación no es un camino fácil y la incertidumbre es grande, sobre todo al principio, pero si llegas a una estabilidad razonable es una de las profesiones más bonitas que hay.

DE CERCA…

Qué estudió: Ingeniería Industrial y Máster en Ingeniería Informática.

Un sueño por cumplir: Muchos y ninguno a la vez. Siempre he creído mucho en lo de “disfruta el momento”.

Un libro: La era del diamante, El extranjero, El infinito en un junco…

Una película: La Ventana Indiscreta o La Soga

Una serie: Los Soprano

Grupo musical: Amaral

A qué dedica su tiempo libre: Nada sofisticado: viajar siempre que puedo, leer mucho y estar con la gente que quiero. También hacer yoga, me da un punto de equilibrio.

Un viaje: América del Sur es mi asignatura pendiente.

Enlaces

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