Iñaki Ochoa: “Nuestro objetivo principal es ayudar a curar a la gente”

¿Por qué decidió dedicarse a la investigación? 

Desde muy pequeño, ya cuando tenía ocho años, sabía que me interesaba la investigación. Me gustaba ayudar a la gente, pero no tanto tratar con pacientes porque no podía asimilar con ocho años que se me pudiera morir una persona. Entonces decía, ¿cuál es otra manera de ayudar? Pues si no puedo ser médico, la mejor forma es ser investigador. 

Siempre tuvo claro a lo que quería dedicarse… 

Sí, desde muy chiquitito era mi vocación. Tenía un primo que se dedicó a la Biología y me llamó la atención lo que hacía. También me gustaba ayudar a la gente, curar…

Entonces, ¿decidió estudiar Biología?

Soy biólogo y bioquímico. Estudié en la Universidad de Navarra la carrera de Biología y luego hice el doctorado mientras me sacaba la segunda licenciatura en Bioquímica. Lo que más me gustaba era la parte de investigación, entender cómo funcionaban las células, las enfermedades, cuáles eran los mecanismos que podemos usar para curarlas… toda esa parte de laboratorio.

Forma parte del TME Lab, ¿cuáles son sus principales líneas de investigación? 

En general, nos dedicamos a entender cómo el microentorno de los tejidos afecta al comportamiento celular y cómo responden las células. Pero nuestro grupo es tremendamente multidisciplinar, tenemos varias líneas de investigación. La principal se dedica a estudiar modelos preclínicos no basados en animales. Trabajamos en cáncer, piel, reproducción o digestivo. Luego también está la parte de ingeniería, temas de inteligencia artificial, redes neuronales o modelos computacionales para simular los experimentos que hacemos en los laboratorios. 

Algún proyecto en marcha que quiera destacar. 

Moore4medical es un proyecto europeo en el que desarrollamos dispositivos microfluídicos que permitan reproducir lo máximo posible el comportamiento que hay en el cuerpo humano. En ese proyecto trabajamos en replicar un modelo de piel o también desarrollamos modelos para estudiar cómo las células del cáncer de mama salen del tumor y llegan a los vasos sanguíneos, escapando así al torrente sanguíneo, que es donde luego se generan las metástasis. Entonces, nosotros estudiamos el comportamiento de las células y actuamos viendo qué funciona y qué no.

Tienes la sensación de que eres un explorador y estás buscando la llave que abre la puerta a la solución de una enfermedad

¿Cuánto tiempo lleva vinculado al I3A? 

Creo que desde el 2007, 15 años.

Algo que destacaría del Instituto.

Lo más interesante para mí es la multidisciplinariedad. Claro, yo soy biólogo, vine en 2007 y creo que era el único de todo el Instituto. Entonces yo conozco toda esa parte de células, biología, pero jamás podríamos haber hecho todo esto si no hubiera habido otros perfiles de investigación dentro del grupo y dentro del I3A. Trabajamos con grupos que hacen cosas totalmente diferentes, del ámbito de la química, de la simulación… y yo creo que el poder tocar muchas ramas diferentes y ponerlas a trabajar todas juntas es lo más destacable. 

Investigar es mejorar

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión? 

Lo que más cuando me siento con mi equipo y nos ponemos a analizar resultados, descubrimos algo o generamos nuevas hipótesis, nuevos proyectos… A veces tienes la sensación de que eres un explorador y estás buscando algo, revolviendo en distintos sitios hasta que encuentras lo que buscas, esa llave que abre la puerta a la solución de una enfermedad. Para mí, esa es la parte más bonita, cuando dejas volar tu imaginación. 

¿Y lo qué menos? 

Lo que menos la parte burocrática, todo lo que tiene que ver con papeleo pero que es inútil y muy frustrante. Dices, yo no he estudiado todos estos años para hacer esto porque no es útil y no va a ayudar a otras personas de manera definitiva. Nuestro objetivo principal es curar o ayudar a curar a la gente. 

¿Qué le diría a alguien que esté pensando en dedicarse a la investigación? 

Lo primero que tiene que saber es qué es la investigación realmente. En muchos casos, está idealizada, la gente piensa: qué bien estáis en el laboratorio, curáis enfermedades... Y parece muy bonito así, pero luego son horas y horas y horas haciendo experimentos que no salen tras ocho, diez meses de trabajo, lo que genera mucha frustración, mucha gestión de emociones. Eso sí, luego lo compensas con el día que sí que sale. Es una montaña rusa de emociones. Pero yo siempre digo que investigar es algo obligatorio para todo el mundo. Investigar es mejorar, desde cómo preparar más eficientemente el desayuno por las mañanas hasta el trabajo que hacemos en laboratorio.