¿Qué le llevó a dedicarse a la investigación?
La suerte, sinceramente. Conseguí una buena oportunidad para hacer el doctorado con un proyecto Marie Curie. Me interesaba el tema —eran cosas del ojo— y me pareció muy aplicado, interesante. Nunca había tenido la ambición de ser investigadora; simplemente quise probar, vivir fuera, y me gustó. Tuve mucha suerte con el supervisor de tesis, que me introdujo en el mundo de la investigación. Ya en los últimos años del doctorado me di cuenta de que era un sitio en el que me gustaría quedarme.
¿Cuáles son sus líneas de trabajo en este momento?
Trabajo en la detección temprana de enfermedades oculares y, en general, en la caracterización del ojo humano. Intentamos entender mejor cómo funciona para crear herramientas útiles al personal clínico —oftalmólogos, ópticos-optometristas—, que les ayuden a diagnosticar o acompañar a los pacientes de manera más objetiva y reproducible, incluso con los aparatos que ya existen.
¿Hay algún proyecto del que se sienta especialmente orgullosa?
La ERC Starting Grant europea marca un antes y un después en mi carrera. Es una forma de consolidar una línea de trabajo en la que llevo más de una década. Y también guardo mucho cariño a mi tesis doctoral, porque desarrollamos un algoritmo que se incorporó en un aparato oftálmico. Fue una transición real, las personas que usan ese aparato tienen ahora una métrica extra que antes no existía.
¿Cómo imagina el futuro de su área?
Activo y con muchos retos. Tenemos un problema social importante, cada vez la vista empeora más, vivimos más años y eso afecta gravemente a la calidad de vida. Es también un problema socioeconómico, hay personas en edad de trabajar que no pueden hacerlo por problemas de visión. Es un campo muy multidisciplinar, clínicos, físicos, ingenieros, químicos, biólogos, farmacéuticos… El ojo es un órgano pequeño, pero muy complejo, y aún vamos un paso por detrás de la realidad.
La vista empeora, pero también nuestra vida se alarga. ¿Cuál sería el desafío?
Atacarlo desde el principio. En muchas enfermedades oculares, una vez hay daño, no se puede revertir. Algunas se desarrollan durante décadas antes de dar síntomas. Nuestra tarea es diagnosticar muy pronto para poder tratar, o incluso solo cambiar hábitos, pero hay que saberlo a tiempo.
¿Su motivación tiene también una parte personal?
Sí, claro. En mi familia ha habido varios problemas de visión. Mi padre tuvo un desprendimiento de retina muy grave; un tío abuelo murió ciego por glaucoma; mi hermana y yo llevamos gafas desde pequeñas. Siempre lo he sentido muy cercano. Y, además, la óptica tiene una relación directa con la física, que es lo que estudié, así que se unieron las dos cosas.
¿Qué ha supuesto para usted recibir la ERC Starting Grant?
Un cambio drástico. Ahora tengo un equipo, somos seis personas en Zaragoza y colaboramos mucho con hospitales, en Polonia, Bélgica, Suecia, Estados Unidos y China, que nos proporcionan imágenes de ojos patológicos. Pero también implica más gestión, más tareas administrativas y menos tiempo para la investigación directa. Es otra etapa.
¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?
El aprendizaje continuo. En este trabajo nunca te estancas, siempre estás aprendiendo cosas nuevas. Y la libertad para decidir hacia dónde ir, eso es un privilegio absoluto.
¿Qué consejo daría a quienes estén pensando dedicarse a la investigación?
Que le den una oportunidad, que merece la pena intentarlo. La investigación no es para todo el mundo, y tampoco hace falta ser brillante intelectualmente. Lo que sí hace falta es constancia, independencia, disciplina y mucha paciencia. Hay que aceptar que los resultados no llegan mañana ni pasado. Y cuando hablamos de vocación, creo que va de eso, de insistir, aunque algo no salga bien, porque en el fondo crees que tiene sentido.
¿Cree que la capacidad investigadora nace o se hace?
Hay rasgos de personalidad que ya traes contigo, pero el entorno influye muchísimo. Los primeros pasos son cruciales, tener un buen supervisor, un grupo que te sirva de espejo. El ambiente y la suerte también cuentan.
De cerca…
Qué estudió: Física, Máster de Física y Doctorado en Biocibernética e Ingeniería Biomédica.
Un sueño por cumplir: Viajar con mi madre a Japón.
Aficiones: Deporte, naturaleza, lectura y teatro.
Libros favoritos: De mi infancia, Matilda; de adolescencia, Ensayo sobre la ceguera; de adulta, la trilogía de Claus y Lucas.
Películas y series: Revolutionary Road, Náufrago, Los Simpsons.
Música: Ed Sheeran, Arctic Monkeys, The Killers, Lewis Capaldi.
Un viaje: Islandia.
Cómo se define: Trabajadora, disciplinada y tranquila.