Pedro Álvarez: “Cuando te dedicas a investigación, los límites están en tu propia imaginación”

Entró en el mundo de la investigación por accidente y ha descubierto el trabajo que más feliz le hace. Pedro Álvarez es el coordinador del grupo de investigación DisCo y también dirige proyectos tan interesantes como la creación de una pulsera capaz de detectar episodios de estrés o depresión.
Por María Melús
Pedro Álvarez

¿Por qué decidió dedicarse a la investigación?

En mi caso fue por accidente. Mi director de tesis Pedro Muro me contaba con tanto entusiasmo que se dedicaba a la investigación que dije, ¿por qué no probar una temporada? Y ya desde entonces no me he planteado irme. Como te digo fue accidental, pero bendito accidente.

Forma parte de DisCo, ¿en qué trabajan en su grupo de investigación?

En DisCo principalmente nos dedicamos al estudio y análisis del comportamiento de sistemas desde diferentes perspectivas y al diseño de infraestructuras tecnológicas que favorezcan estas tareas de análisis. Algunos de los investigadores focalizan su interés en etapas tempranas de diseño de estos sistemas y otros más en torno a su operativa y ejecución. Cubrimos un amplio espectro de dominios de aplicación como, por ejemplo, la seguridad de los sistemas de información e infraestructuras críticas, la analítica de negocio, la extracción de conocimiento de redes sociales, la salud y el bienestar e, incluso, el deporte.

En mi caso particular, los últimos años he estado más involucrado en avanzar científicamente en torno a la aplicación de técnicas de inteligencia artificial a problemas relacionados con las emociones que experimentan los usuarios, poniendo el foco en el contexto del ocio, la salud y el deporte. Este tipo de problemas son intensos en datos y cómputo y requieren de soluciones a gran escala, donde he podido aportar mi experiencia como arquitecto de sistemas distribuidos.

Nos cuenta algún proyecto que tengan en marcha…

Uno de los últimos que nos han concedido está relacionado con temas de rehabilitación cardiaca. Trabajamos con la Universidad de Santiago de Compostela y varios hospitales de esa cuidad. El objetivo es tratar de automatizar ciertos aspectos de los procesos de rehabilitación cardiaca con el fin de acompañar a los pacientes durante su periodo de recuperación. En nuestro caso concreto, estamos especialmente interesados en trabajar su dimensión emocional y anímica.

Te explico, si a alguien le han operado de una afección cardiaca suele tener entre seis meses y un año de rehabilitación. Lo ideal sería que estas personas fueran al hospital tres o cuatro días a la semana a completar diferentes actividades y llevar una vida saludable, pero en Galicia, la población está dispersa en aldeas, entonces al principio van, pero luego abandonan la rehabilitación.

Nos dieron un proyecto para buscar alternativas a ese tipo de escenario. Nosotros desde el I3A desarrollamos una tecnología emocional a través de una pulsera que lleva el paciente que nos permite capturar información fisiológica. A través de ella, detectamos episodios de estrés, depresión y todo aquello que le puede afectar de forma no deseada en su proceso de rehabilitación. Estos pacientes también van al psicólogo, pero lo ideal sería que, en lugar de interrogar al paciente, el psicólogo tuviera información en “tiempo real” de cada paciente. Entonces esas pulseras captan datos y a través de la inteligencia artificial pretendemos deducir ciertos patrones de comportamiento emocional.

¿Se podría aplicar esta tecnología a otros pacientes?

En principio la tecnología se podría aplicar en otros escenarios similares, obviamente. Digamos que, si quitas el problema, lo que tienes es un sistema de inteligencia artificial y una serie de dispositivos fisiológicos que te capturan información y que te sacan un mapa de estado de ánimo. Luego ya tú le sacas el partido que quieres. Por ejemplo, se puede aplicar para deportistas que corren largas distancia para mejorar el rendimiento. Tú tienes tu mapa emocional de lo que ha sucedido durante todo el entrenamiento y lo puedes correlacionar con que ejercicios has hecho en cada instante para sacar conclusiones de qué mejorar.

¿Podríamos ver esto en los hospitales?

A día de hoy, disponemos de financiación para dos años con el objetivo de explorar las posibles soluciones con los hospitales de Santiago y, si los resultados son satisfactorios, luego buscaremos financiación para que eso pueda ir a un producto y poder venderlo a otros hospitales. Estaríamos pensando mínimo en unos tres o cuatro años.

La parte chula de nuestro trabajo es que, si tienes ambición, si tienes ganas de trabajar, cada día es una aventura distinta.

Volviendo a su vinculación con el I3A, ¿cuánto tiempo lleva en el Instituto?

Probablemente desde que se fundase. Antes de crear DisCo estaba en el IAAA, otro grupo de investigación de aquí del I3A.

¿Qué destacaría del Instituto?

A nuestro grupo nos aporta las infraestructuras de cómputo que son muy importantes para nuestro trabajo diario. También toda la parte de gestión que nos libera mucho tiempo. Echamos en falta la parte de colaboración entre grupos de investigación del propio instituto, pero tampoco es un problema solo del instituto, también es nuestro. Al final, el I3A es como un archipiélago con muchas islas, muchos grupos de investigación y es muy complicado colaborar con otros grupos. Pero como digo, tiene mucho mérito gestionar este gran archipiélago.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Tengo el mejor trabajo del mundo y soy feliz viniendo a trabajar. Eso tiene un precio incalculable. Al final, cuando te dedicas a la investigación, los límites de lo que puedes hacer están en tu propia imaginación y eso es increíble. He tenido oportunidades para irme a trabajar a empresas privadas, pero nunca me lo he planteado. La parte chula de nuestro trabajo es que, si tienes ambición, si tienes ganas de trabajar, cada día es una aventura distinta. Aparte te da libertad de elegir en qué cosas quieres trabajar, en qué quieres investigar. Si ves otra cosa que te interesa más, nadie te obliga a quedarte, puedes cambiar. Me levanto todos los días siendo feliz diciendo me voy a trabajar y eso no está pagado.

¿Y lo qué menos?

Lo malo, no sé, supongo que al final, investigar en este país está muy depreciado. A nivel gubernamental no se apoya lo que se debería, no existe esa cultura. Además, a las empresas les sigue costando colaborar con la universidad, salvo algunas excepciones. A veces tenemos dificultad para poder trabajar y ya no es una cuestión de inversión, que también, pero es una parte cultural. Cuando te preguntan a qué te dedicas, te dicen; “¿de verdad? Estás perdiendo el tiempo”.

En otros países el respeto con el que te tratan por trabajar en la universidad, por tener un doctorado, por investigar…aquí eso se echa en falta.  

¿Qué le diría a alguien que esté pensando dedicarse a la investigación?

Que va a tener el mejor trabajo del mundo. Como decía, Pedro Muro fue mi director de tesis y era una mente brillante, estas personas que ven las cosas más allá, y hubo un día que me dijo que no iba a encontrar un trabajo mejor que este. Y esa ilusión y entusiasmo con el que me hablaba fue lo que me sedujo en aquel momento y también lo que me mantiene aquí. Y yo lo que trato de transmitir a la gente que empieza a trabajar conmigo es que aquí van a crecer a todos niveles; como ingeniero, a nivel de innovación, a nivel personal… No se gana como en la empresa privada, pero el nivel de creatividad es mucho mayor aquí. Yo creo que es una cuestión de prioridades y yo lo que intento inculcar es lo que me inculcaron a mí.

DE CERCA…

Libro favorito: Me encantan los libros de historia. Cuando me jubile siempre digo que me matricularé en el Grado de Historia. Me gustan todas novelas históricas o libros de historia en general, es mi pasión.

Película: Intocables.

A qué se dedica en su tiempo libre: Soy un fanático del deporte. He jugado a fútbol sala y actualmente dirijo la Selección Aragonesa sub 16 femenina. También corro maratones, carreras de montaña… Cuando no estoy trabajando, estoy haciendo deporte.

Viaje: Birmania. Me gusta mucho Asia.

Viaje pendiente: Canadá.

Lugar favorito: Me encanta perderme en la montaña.

Un sueño: Muchos, soy muy joven todavía. Tanto personales como profesionales.

Cómo se definiría: Soy muy perseverante. Esto es algo que me ha inculcado el deporte de competición, intentarlo hasta el final. También soy muy inquieto, siempre tengo que estar haciendo cosas y pensando en algo.

Enlaces

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